Alexei Nicholaevich nació el 12 de agosto de 1904 en la ciudad de Peterhoff, fue el último zarevich de Rusia y el quinto hijo varón nacido del matrimonio de Nicolás II y Alejandra Fióorovna. Su título oficial era ‘Su alteza imperial’, ‘Zarevich’ y ‘Gran duque de Rusia’. Nicolás, el día del nacimiento del niño escribió en su respectivo diario:
Nicolás: ‘ Un gran e inolvidable día para nosotros, durante el cual nos visitó la gracia del señor. A las 13: 15 de la tarde mi esposa dio a luz a un varón, Alexei. Todo sucedió remarcablemente rápido – por lo menos para mí. En la mañana fui a visitar a mama como y después fui a tomar almuerzo con Alejandra. Ella ya estaba arriba, y luego este evento feliz ocurrió. ¡ No tengo palabras suficientes para agradecer a Dios por darnos este consuelo en estos tiempos difíciles! Mi querida Alejandra se siente bien. Mama llegó a las 14:00 en punto y antes de reunirse con su nuevo nieto, se sentó conmigo durante un tiempo largo. A las 17:00 lleve a las niñas al Te Deum, con toda la familia presente.’’
Se celebró el bautismo de Alexei en la iglesia del Palacio de Invierno, San Petersburgo, el 11 de agosto. Sus padrinos fueron: su abuela, madre de Nicolás, La emperatriz viuda Marie Feodirivna y su tío. Sus hermanas; Anastasia, María, Olga y Tatiana tampoco faltaron al evento.
Al mes de su nacimiento, un sangrado excesivo de la zona umbilical enfrentó a la familia real con una situación que en principio negaron, pero luego debieron aceptar. La familia se aisló y este hecho se ocultó al pueblo, pues siendo el Zar su conductor y cabeza de la iglesia debía estar libre de defectos, más aún, en conocimiento de que la población atribuía toda deficiencia física a intervención divina. Aún existen especulaciones sobre si el zarevich sufría de hemofilia o porfiria, una enfermedad heredada de Jorge II que provoca un desorden en la sangre ( anemia hemorrágica) similar a la hemofilia, aunque las evidencias de otros descendientes de la Reina Victoria afectados, han conducido a pensar que la hemofilia fue la enfermedad que padeció.
Con el heredero al borde de la muerte, los padres recurrieron a los oficios de un campesino siberiano, místico y de licencioso comportamiento, Grigori Yefímovich Rasputín, quien suprimiendo la aspirina que le administraban los médicos para aliviar el dolor, logró controlar el mal trance. La creencia en un poder sobrenatural en Rasputín por parte de Nicolás y Alejandra y la propia convicción del campesino devenido salvador, le ganó la confianza en la corte real donde no sólo influyó terapéuticamente sino familiar y políticamente.
A fin de prepararlo para un dudoso futuro como Zar, Nicolás invitaba a Alexis a los encuentros gubernamentales y durante la Primera Guerra Mundial lo llevó a uno de los cuarteles generales del supremo comandante de las fuerzas armadas rusas. El creciente poder y la existencia libertina de Rasputín fueron abortados por el Príncipe Félix Yusupov, por algunos camaradas y hasta por un agente británico, en 1916, que lo que hicieron fue envenenarle y tirotearle, pero tras comprobar que no daban efecto, terminaron por arrojarlo al río Neva, donde pereció ahogado.
Alexei estuvo bajo el cuidado de la enfermera jefe Marie, quien cuidaba de él constantemente para evitar que tuviera algún accidente. Los doctores y ella, eran los que cooperaban para que Alexei creciera sano. Pese a esto, nunca faltó que Alexei apareciera con moretones especialmente en las piernas y brazos. Muchas veces estos pequeños accidentes no causaban mas que un breve momento de malestar, otras éste acababa en cama hasta que la hemorragia pasara, de todas maneras tenía que soportar intensos dolores y el proceso de recuperación incluía dieta para reforzar su salud y terapia física, cuando perdía flexibilidad en alguna articulación. Este constante cuidado, hizo que se sintiera el centro de atención, y aunque era inteligente y sensible, su carácter se volvió un poco engreído, travieso y autoritario aunque siempre conservo su alegría y sentido del humor. No ayudó el que se enterara de que su padre era el Rey de todas la Rusias. La presencia de su padre hacía que Alexei inmediatamente cambiara su comportamiento para bien, él quería y admiraba a su padre y se podría decir que era al único al cual obedecía. Alejandra lo quería, pero no podía disciplinarlo.
Cuando el niño tenía cinco años, se decidió que un niñero reemplazara a Marie por un marinero, Andrev Derevenko y un asistente Climenti, Nagormi quienes lograron reducir algo los caprichos a las que el zaravich estaba acostumbrado. Sus entrenamientos militares influyeron en las actividades y juegos de Alexei, pronto mostró más interés en juegos de soldados. Aprendió a mostrar más disciplina y a tener más afecto al uniforme que usaba, estos marineros estaban convirtiendo a Alexei en un pequeño hombrecito. No sólo hicieron el papel de niñeros, si no también de enfermeros, Derevenko supervisaba los juegos y los modificaba para asegurarse de que Alexei no sufriera ningún accidente.
En marzo de 1917 al producirse la Revolución Rusa, Nicolás abdicó a favor de Alexei, aunque luego se desdijo y lo hizo a favor del gran duque Mikhail, hermano del zar, ya que a Alexei no se le daban más de seis años de vida, a pesar de todo éste rehusó.
La familia real fue trasladada a Siberia y luego a Ekaterimburgo donde todos ellos fueron asesinados en la madrugada del 17 de julio de 1918. Alexei que estaba en la falda del zar durante la ejecución por un severo accidente en su rodilla derecha que lo mantenía inválido y en reposo desde hacía días, fue rematado de un disparo en la cabeza por el verdugo de su padre Yahov Yurovsky.
Entre 1991 y 2007 se lograron exhumar todos los cuerpos, del zar y de su familia. Hoy se hallan sepultados dentro de la catedral de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo.