lunes, 19 de marzo de 2012

LA RELACIÓN DEL PAPA PÍO XII CON EL NAZISMO

Eugenio Pacelli nació en Roma en 1876, fue ascendiendo hasta ser nombrado papa en 1939 con el nombre de Pío XII. Durante su pontificado tuvo que lidiar con los conflictos de la 2ºGuerra Mundial, esto hace que actualmente exista una controversia respecto a las decisiones tomadas sobre al Holocausto y las relaciones con la Alemania nazi.

El antisemitismo ya existía en Europa desde hacía más de un milenio, fomentado por el aparente éxito de los negocios judíos, y el hecho de que fuesen los judíos los que matasen a Jesús hizo que personas como Martín Lutero escribiesen tratados, un ejemplo es el de Sobre los judíos y sus mentiras, que solicitaban la degradación y represión absoluta e incluso eliminación de los hebreos. Estos individuos fueron acusados de herejes y judíos por la Iglesia. La demonología católica sobre éstas personas hizo que para muchos católicos, de todos los estratos sociales, echarles la culpa a los hebreos de cualquier calamidad natural o humana se convirtiera en un acto casi reflejo.

Durante el Holocausto la Iglesia utilizó aparentemente la táctica evasiva. Aquí es cuando empiezan las controversias. El Papa Pío XI escribió una encíclica antirracista titulada Humani géneris unitas, para su realización pidió ayuda al padre jesuita John LaFarge, especialista en la cuestión racial. Este documento no fue promulgado por el Papa Pío XII ya que la publicación de esta encíclica supondría que la Iglesia defendía públicamente a los judíos, condenando explícitamente el antisemitismo nazi, esto haría que las relaciones con Alemania se rompieran y que se perdieran seguidores creyentes. Sin embargo Antonio Gaspari en su libro Los judíos, Pío XII y la leyenda negra afirma que él, junto con otros historiadores, revisó los Archivos Secretos del Vaticano donde se recoge este escrito. Gaspari afirma que LaFarge había escrito ideas anti semitistas como “Es justo rechazar el sentimiento antisemita, pero no significa que no se deba tener cuidado con los judíos”. Al ser la encíclica solo un supuesto borrador con algunas ideas como ésta el Papa Pio XII habría decidido no sacar a la luz este texto tan revelador y que fuese mantenido en secreto.

También se sabe que el Papa Pío XII conocía lo que ocurría en los campos de concentración nazis ya que Gerhart Riegner, futuro director de la World Jewish Congress, le envió una carta informándolo de la situación en los campos de concentración alemanes, haciendo hincapié en la situación de los judíos eslovacos. Es cierto que el Papa Pío XII intervino por esto judíos. Ésta carta se conserva y se recoge en los archivos Vaticanos en el volumen VIII de las Actes et Documents du Saint-Siège relatifs à la Seconde Guerre Mondiale.

Al comienzo de su pontificado el Papa Pío XII envió una carta a Hitler dándole su bendición y deseando lo mejor para el pueblo alemán. Su pretensión era mantener la paz con Alemania a pesar de que esta había tratado de una forma deplorable a la Iglesia, y así poder seguir manteniendo el contacto con los obispos alemanes. Solo se tiene registro de ésta correspondencia entre el papa y Hitler, sin embargo un periodista de Le Monde afirmó que había habido una comunicación secreta entre estos poderosos lideres, esta afirmación carece de fundamento porque en el artículo no se tienen en cuenta la fechas, ya que Hitler llegó al poder en 1933, Pacelli volvió a Roma en 1929 y el papa Pío XI lo hizo cardenal y secretario de Estado el 16 de enero de 1930. Además, si tal correspondencia hubiese existido, las cartas del papa se hubieran conservado en los archivos alemanes y habría habido menciones en los archivos del Ministerio de Exteriores del Reich. Las cartas de Hitler habrían acabado en el Vaticano, pero habría mención en las instrucciones de los embajadores de Alemania encargados de entregarlas. Visto que no existe ninguna prueba de ello, se debe afirmar que tal correspondencia no existe.

Existe una gran controversia respecto al supuesto amor por los judíos del papa Pío XII. En mayo de 1917 recorrió Alemania, destruida por la guerra, ofreciendo su caridad a gente de todas las religiones. Sin embargo, en una carta al Vaticano, reveló tener menos amor por los judíos.

El rabino jefe de Múnich, en aquel momento el doctor Werner, le rogó un favor: Con el fin de celebrar el Succotch, los judíos necesitaban hojas de palmeras, que normalmente llegaban de Italia, estas hojas debido a una serie de circunstancias causadas por la guerra habían quedado retenidas en Como, el rabino buscaba la intervención del Papa con la esperanza de que abogase a favor de los miles de judíos alemanes. Pacelli le dijo al cardenal secretario del estado en el Vaticano que no le parecía apropiado que el Vaticano “los ayudara en la práctica de su culto judío”.

Éstas y otras acciones fueron las que le dieron su fama de “El Papa de Hitler”. Cierto es que esto sucedió antes de que fuese nombrado Papa, durante la 2ºGuerra Mundial su actitud anti semitista, si es que es cierto que la había tenido, cambió ya que ayudó a los judíos a escapar autorizando que se escondiesen en las iglesias, creando falsas universidades y sacándolos del país. Incluso a su muerte la gran mayoría de judíos manifestaron su pena por la defunción del que consideraban uno de sus salvadores. Golda Meir (Ministra de Asuntos Exteriores de Israel) declaró “Durante el Decenio del Terror nazi, cuando nuestro pueblo sufría un terrible martirio, la voz del papa de elevó para condenar a los perseguidores y apiadarse de sus víctimas”.

No hay pruebas tangibles y factibles de que el papa Pío XII fuese anti semitista o el “Papa de Hitler”, sin embargo, si hay de su benevolencia y su piedad. Cierto es, que la Iglesia puede estar ocultando mucha información como hizo con otros temas. Hay que tener en cuenta que el papa era humano y que vivió una época muy difícil, en la cual se dejaban de tener claramente definidos los conceptos de bueno y malo.