viernes, 21 de enero de 2011

La matanza de Tiananmen

En la noche del 3 al 4 de junio de 1989 miles de civiles desarmados (según Amnistía Internacioanl más de 1.300 personas) murieron a tiros o aplastados por los tanques del ejercito chino siguiendo órdenes del gobierno en la plaza de Tiananmen, en Pekín. De esta manera el Partido Comunista Chino puso fin a varios meses de protestas populares solicitando reformas democráticas como las que Mijail Gorbachov impulsaba en la URSS. A demás de todas las muertes hubo miles de detenciones y torturas. Y después de veinte años después la censura en China llega a un punto en el que nadie habla en público sobre aquella primavera de Pekín y el gobierno no ha reconocido los hechos como ciertos.
Todo comenzó el 8 de abril de 1989 con la muerte del líder reformista Hu Yaobang, quien fue obligado a dimitir cuando comenzaron las primeras revueltas estudiantiles. Tras su muerte Pekín se llenó de sus fotografías y el monumento a los héroes de la revolución se llenó de coronas de flores en su honor. Esto caldeó los ánimos entre la población estudiantil.
Lo que parecía ser una manifestación de duelo se transformó en una protesta popular que demandaba cambios en China pedían el fin de la corrupción burocrática y una mayor libertad en su país.
Durante dos meses las manifestaciones pusieron en un lugar delicado a los dirigentes del país. La visita oficial de Mijaíl Gorbachov en la ocasión perfecta para que se sumaran nuevos manifestantes a las protestas. A pesar de lo que se cree fue espontáneo y su único objetivo era pedir reformas.
Ante esta problemática para el gobierno Li Peng, primer ministro, quería responder al desafío con la fuerza y aplastar cualquier amenaza, frente a él, Zhao Ziyang, secretario general del partido, defendía una solución dialogada. Finalmente se optó por la violencia y Zhao fue destituido.
Los estudiantes que construyeron una estatua llamada "Diosa de la Democracia" (minzu nushen), similar a la Estatua de la Libertad ya que eran consientes de la presencia de prensa extranjera en Pekín.
Liu Xiaobo, uno de los líderes de las protestas, estaba intentando dialogar con la parte menos conservadora del régimen para evitar lo que el Partido Comunista ya estaba planeando.
La noche del 3 al 4 de junio los tanques tomaron las calles de Pekín y miles de soldados recorrían los rincones de la metrópoli. Los tanques aplastaron fácilmente las barricadas que encontraban en su camino a la Plaza de Tiananmen.
Muchas personas murieron atropelladas y aplastadas por los tanques en su vano intento por frenar el avance del ejército aunque donde más muertes hubo fue en Tiananmen ya que cuando llegó a la plaza en un intento de evitar mas muertes pactaron su retirada.
Las columnas militares borraron los restos de la revuelta estudiantil, pero la imagen del rebelde desconocido frenando una línea de tanques solo, dio la vuelta al mundo. En Occidente se convirtió en un símbolo de la resistencia democrática, en China fue usado como ejemplo del buen trato que dio el ejército chino a los civiles en su intervención.
La condena internacional de los hechos fue más tímida de lo que cabría esperar. Sin embargo, la cuestión de los Derechos Humanos en China sigue siendo el principal lastre en sus relaciones diplomáticas, dado que a nivel económico y comercial es ya la segunda potencia del mundo.
El Partido Comunista Chino justificó la matanza, en palabras de Deng Xiaoping, como necesaria para "evitar una rebelión contrarrevolucionaria cuyo objetivo era acabar con el sistema socialista (...) y establecer una república burguesa enteramente dependiente de Occidente".
Actualmente, con 81 años y un estado de salud muy deteriorado, Li —apodado “el carnicero de Pekín” por el suceso— afirma que la decisión de mandar tropas militares contra los estudiantes tuvo el consentimiento de Deng Xiaoping, por aquel entonces líder del país asiático: “Las medidas para la ley marcial tienen que ser de mano firme, y debemos minimizar los daños, pero tenemos que prepararnos para derramar un poco de sangre”
Li también reitera que la entrada de los tanques en Tiananmen se hizo para evitar que China entrase en una espiral destructiva y asegura: “Sacrificaría mi vida y la de mi familia para prevenir que China atravesase una tragedia como la Revolución Cultural” en referencia al periodo negro entre 1966 y 1976 en el que Mao Tse Tung purgó los “elementos contrarrevolucionarios” en todo el país.