Adolfo Hitler liquida de un solo golpe al ala extremista de su propio partido.
El 30 de junio de 1934 en una maniobra destinada a concentrar en sus manos todo elpoder, Hitler ordena a las SS de Himmler ejecutar de forma secreta a los dirigentes del ala radical del partido.
El nombre de “Operación Colibrí” viene de que colibrí fue la palabra secreta utilizada para enviar a los escuadrones de ejecución a realizar su misión y “ La noche de los cuchillos largos” es un término elegido arbitrariamente ya que ya había sido usado antes de esta masacre y hace referencia a cualquier término de venganza.
Todo empezó cuando se produjo el incendio del parlamento alemán, el Reichstag.
El gobierno de Hitler inmediatamente culpó a activistas subversivos y sin embargo Hermann Göring apareció en el lugar de los hechos con una lista de detenciones con los nombres y direcciones de todos los «enemigos del Estado», una lista que Hitler y sus secuaces habían estado confeccionando durante meses.
Después por orden directa de Hitler, tropas del ejercito y de las SS tomaron por asalto, sin previo aviso, el cuartel general de las SA en Bad Wiesee, donde se desarrollaba una reunión presidida por el comandante de ese cuerpo, Ernst Röhm, también ministro del Reich. Fue detenido por querer tener el poder absoluto dentro del partido nazi mediante la unión de las SA con el ejercito alemán, tomando sus propias decisiones. Röhm dirigía a los camisas pardas, el ejército privado de los nazis, con tres millones de hombres y por tanto era uno de sus rivales más peligrosos dentro del partido.
Al mismo tiempo que la plana mayor de las SA, fueron arrestados el ex dirigente nazi Gregor Strasser y el ex canciller, general Von Schleicher.
Hitler denunció por radio y ante la prensa que los detenidos participaban de una conjura para derribar el gobierno; sostuvo que el jefe de la conspiración era Ernst Röhm. El sorpresivo golpe de Hitler terminó de una manera trágica:
En Prusia, Von Schleicher y su esposa, el general Von Bredow y Gregor Strasser fueron asesinados por la policía política, la Gestapo. La suerte de Ernst Röhm no fue menos trágica.
Según se ha podido reconstruir fue conducido a la prisón de Munich-Stadelheim, sus guardianes intentaron persuadirle para que se suicidara. Röhm se negó a aceptar esa salida, y sus captores optaron entonces por fusilarle.
Pero no fueron los únicos en morir sino que murieron mas de 100 personas esa misma noche.
Como la purga había costado la vida a tantos alemanes importantes, fue imposible mantenerla en secreto. En un principio, sus ideólogos no se pusieron de acuerdo en cómo manejar el asunto. Göring ordenó a la policía quemar todos los documentos relacionados con la masacre. Goebbels, por su parte, intentó evitar que los periódicos publicasen las listas de muertos, aunque el 2 de julio usó la radio para describir cómo Hitler había evitado que Röhm y Schleicher diesen un golpe de Estado y llevasen al país al caos. El 13 de julio, Hitler justificó la purga en un discurso retransmitido a nivel nacional al ejército diciendo que la masacre fue justificada ya que los ejecutados eran conspiradores que preparaban un golpe de estado.
El ministro de justicia del Reich redactó un decreto dándole a la purga un carácter legal. La mayoría del pueblo alemán aceptó la explicación, y recibió con gratitud semejante operación salvadora. Toda disidencia política organizada quedaba eliminada, y el mensaje estaba claro: nadie era inmune; cualquiera podía ser encarcelado o ejecutado si el régimen consideraba que constituía una amenaza.
Después de esta masacre las SA no fue disuelta pero perdió todo su antiguo poderío. Parte de sus alistados pasó a formar parte de la SS, responsable del Holocausto que siguió a las políticas de exterminio nazi.
La Noche de los Cuchillos Largos, fue el último obstáculo que Hitler debió librar antes de obtener el poder absoluto, tras la muerte de Hindenburg, y el control del estado alemán entre 1934 y 1945. La dictadura alemana había quedado en menos de un año firmemente establecida.
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