viernes, 4 de febrero de 2011

El caso Watergate

El caso Watergate es uno de los mayores escándalos políticos del siglo XX en Estados Unidos.
Su nombre se debe al hotel ubicado en Washington D.C. que fue sede del comité electoral demócrata y en el que tuvo lugar el robo de importantes documentos.
El suceso trajo como consecuencia la dimisión del que era por aquel entonces presidente, Richard Nixon.
Este escándalo político (1972-1975) descubrió actividades ilegales por parte de la administración republicana del presidente Richard Nixon durante la campaña electoral de 1972.
El escándalo nació con el arresto en junio de 1972 de cinco hombres que habían entrado para espiar al Comité Nacional Demócrata en el hotel Watergate en Washington y que poco a poco la implicación de la administración de Nixon se hizo más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad del gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados presentando posteriormente su dimisión.
Estos cinco hombres, entraron en el complejo haciéndose pasar por fontaneros y planeaban instalar micrófonos y cámaras de manera clandestina para espiar al comité electoral del partido demócrata. En su mayoría eran agentes de la CIA y del FBI.
Las personas que descubrieron los hilos de esta red de espionaje fueron dos periodistas del “Washington Post”. Pero estos periodistas no trabajaban solos, recibían ayuda de un informador anónimo que usaba como sobrenombre “Garganta Profunda”.
El objetivo de los intrusos era el robo de archivos del partido demócrata que ponían en evidencia las sucias relaciones comerciales del hermano del presidente, Donald Nixon con el magnate de Hollywood, Howard Hughes.
En marzo de 1973, personas cercanas al gabinete de Nixon, fueron acusadas de conspiración y, en noviembre de ese año, recibieron sentencias de entre uno y ocho años. A declarar fueron citados E. Howard Hunt Jr., consejero de seguridad de la Casa Blanca, y G. Gordon Liddy, consejero general de finanzas dentro del Comité para la Reelección. Este último recibió una sentencia de entre seis y veinte años por negarse a colaborar en la investigación. Así el cerco comenzaba a cerrarse alrededor del presidente Nixon.
En marzo de 1974, Nixon aludió al “privilegio del Ejecutivo“, tratando de evitar los ataques y de justificar las negativas de sus colaboradores más cercanos que no se habían presentado a declarar ni ante el Comité de Investigación del Senado ni ante el Jurado Acusador, desde el año anterior.
Once semanas después, después de haber tomado testimonio en público a todos los imputados, John Dean, consejero del presidente, declaró que Nixon estaba implicado personalmente en el caso. Unos días después, Alexander P. Butterfield, reveló la existencia de cintas grabadas con las conversaciones que se sostuvieron en la oficina oval desde principios de 1971. Estas grabaciones serían de vital importancia durante el caso pero Nixon se negó a mostrarlas a pesar del requerimiento del fiscal especial.
Tras acordar frente a un tribunal de apelaciones la entrega de parte de las grabaciones, al día siguiente el fiscal especial fue destituído y como consecuencia, el fiscal general dimitió. El congreso amenazó a Nixon con un “impeachment” o proceso de incapacitación para ejercer como presidente. Nixon tuvo que entregar las cintas, aunque lo hizo de manera parcial y con reticencias.
Nixon presentó como pretexto una enfermedad para no declarar ni dar testimonio, pero fue encausado por ocultar los hechos. En julio de ese año, el comité judicial votó a favor del “impeachment”, haciendo que el 4 de agosto, Nixon aceptara haber encubierto los hechos, el partido republicano entonces le retiró su apoyo teniendo que dimitir el 8 de agosto de 1974 y siendo sustituído por el vicepresidente, Gerald R. Ford.
Hubo quienes se opusieron a los periodistas, como el escritor inglés Adrian Havill, que tras naturalizarse norteamericano, publicó en 1993 “Deep truth: The lives of Bob Woodward and Carl Bernstein” (Verdad profunda: las vidas de Bob Woodward y Carl Bernstein) donde acusa al primero de ser agente de la CIA.
Para terminar la última gran noticia, fue la revelación de la identidad del informante de los periodistas, “Garganta profunda”, quien resultó ser Mark Felt, antiguo agente de la CIA.